31 de julio de 2013

ARCANO MAYOR XIII

LA MUERTE

LA MUERTE
RENACIMIENTO
El cambio nunca es pérdida, es sólo cambio.
PENSAMIENTO BUDISTA
Poco a poco, advierte que está rodeado por una niebla espesa y oscura. Aunque no ve nada y tiembla de frío, decide avanzar en una dirección elegida al azar. A los pocos pasos tropieza con un canto rodado y se da cuenta de que se encuentra en medio de un anti­guo círculo de piedras célticas. Reina un silencio se­pulcral. Ningún sonido atraviesa la espesa niebla que cubre la zona. Se pregunta cómo encontrará la salida. Opta por echar a andar, pero ignora a qué distancia o en qué dirección se halla la civilización más próxima. Decide que es preferible moverse y mantener a raya el frío aire que, al parecer, se empeña en abrirse paso por los pliegues de su capa.

Comienza a caminar, consciente de las diferentes texturas del suelo que pisa. A veces la superficie es dura, otras veces arenosa. De tanto en tanto se hunde en un barro helado que le congela los huesos en los to­billos. El tiempo pasa y no parece que esté cerca de ha­llar un camino que lo saque de esta niebla o del reino de las tinieblas del que parece emanar. De repente asoma una silueta humana que parece aguardarlo. Li­geramente atemorizado, se acerca a ella con la espe­ranza de que lo libere de esta situación. Mientras lo hace, advierte que la silueta lleva una larga guadaña sobre el hombro. ¿Qué ocurre entonces? Dé vida a la escena. Deje que transcurra en su imaginación.

La Muerte es, en muchos sentidos, una conmemora­ción de la vida. Es la primavera tras un largo y frío in­vierno. Cuando la primavera llega, la tierra se calienta y comienzan a brotar nuevas semillas y hojas. En el aire reina una sensación de renovación y frescura. Los ani­males, las plantas y los seres humanos renacen. La Muerte es el símbolo del renacimiento.

Existen muchas sociedades que celebran la Muerte como una liberación del alma. Hay que comprender que no estamos hechos únicamente de huesos, carne y sangre. Somos, ante todo, espíritus encarnados en una forma peculiar denominada cuerpo humano. El cuerpo es como una prenda de vestir que, tras muchos años de uso constante, acaba por gastarse. Por lo tanto, el cuer­po es sólo un vehículo del alma.

Al alma le resulta muy difícil abandonar el cuerpo si los vínculos que lo unen a él son demasiado fuertes. Por eso hay tantas personas que se ven incapaces de aban­donar su cuerpo cuando les llega la muerte, porque cuando vivían en la Tierra sólo les preocupaba su exis­tencia material. La Muerte está aquí para enseñarnos cómo desligarnos del mundo material. El alma, de he­cho, no tiene tiempo que perder, está aquí con una mi­sión especial y, una vez concluida, tiene que informar de su trabajo al mundo invisible. Si su obra está incom­pleta, tendrá que volver y buscar otro vehículo en el que proseguir. Todos los seres nacidos en el mundo físico están sometidos a la forma mortal y, tarde o temprano, perecen.

La historia de Drácula es la de una persona que no puede desprenderse de otra persona. Al tomar la firme decisión de ver nuevamente a su difunta esposa, Drácula se aferró a su cuerpo durante siglos, succionan­do la fuerza vital de otras personas para sobrevivir. Su cuerpo se convirtió en una suerte de cárcel. Cuando reencontró a su mujer, dio por concluida su misión. Su alma, finalmente, podía liberarse de todos los sufrimien­tos del pasado.

Todas las culturas glorifican la Muerte. Los antiguos egipcios destinaban la mayor parte de sus riquezas a la construcción de pirámides. En nuestra sociedad, cada vez que encendemos el televisor presenciamos la exal­tación de tiroteos, persecuciones de coches y agresio­nes a mujeres. Los asesinos acaban convirtiéndose en personajes célebres. Se escriben libros —que propor­cionen suculentas ganancias— sobre los crímenes atro­ces que cometen. Las vidas destrozadas de las víctimas y sus familias carecen de importancia. Quienes hacen el bien son subestimados o ridiculizados. Cuando la socie­dad alcanza semejante estado, significa que está agoni­zando.

Esta carta también hace alusión al reciclaje de pro­ductos desechables. En los últimos años se ha avanzado significativamente en la reeducación de los consumido­res a través de campañas en favor de una mayor con­ciencia ecológica. La gente recicla el papel, el vidrio y las latas, y es más consciente ahora que hace veinte años de los efectos nocivos que ejercen sobre los ali­mentos y el agua la contaminación de los coches, las lacas, las sustancias químicas y los medicamentos.

El siguiente paso consistiría en concienciar a la gente para que decida sobre la clase de entretenimiento que está dispuesta a recibir de los medios de comunicación. Cuando la gente se niegue en redondo a contemplar pa­sivamente escenas gratuitas de violencia y agresividad, cuando rompa el acuerdo con los magnates de la comu­nicación sobre la emisión de esta clase de imágenes y los publicistas no puedan vender sus productos a través de los programas de aquéllos, la situación cambiará y comenzaremos a construir una sociedad mejor.

La Muerte nos muestra cuán destructiva resulta a ve­ces la tendencia a aferrarse a las cosas, las personas o los sentimientos. Así, la carta de la Muerte nos anima a abandonar estos hábitos dañinos y a empezar de nuevo en libertad. Pregúntese qué tiene que perder y qué tiene que ganar. Empiece ahora. Todo final es un nuevo co­mienzo.

La Muerte nos libera del pasado. El Segador sostiene una guadaña. Cuando yo trabajaba en una granja, em­pleábamos este instrumento para limpiar la tierra de ma­leza, sobre todo de hierbajos. La guadaña, de hecho, no arranca los hierbajos de raíz y, por lo tanto, está per­manentemente impidiendo que crezcan: sólo despe­ja la superficie durante un lapso de tiempo limitado. Este aspecto de la carta de la Muerte nos lleva a pregun­tar hasta qué punto buscamos una solución a nuestros problemas. ¿Nos limitamos a «ir tirando», a cortar conti­nuamente las hojas de nuestros problemas para que vuelvan a crecer y continúen afligiéndonos?

Emplee el símbolo de la guadaña para cercenar los la­zos que lo unen al pasado: a personas o sentimientos noci­vos. Córtelos simbólicamente, uno a uno.

ASPECTOS NEGATIVOS DE LA MUERTE
Agotamiento, apegada, egoísta, celosa, sesiones espiritistas, apatía, acumulación, putrefacción, tóxica, irritable, taimada, compulsiva, crea dependencia, veneno, vengativa, mal genio, reservada, obstinada, obsesiva, claustrofóbica, impotente/frígida, se aferra, escándalos, hostil, seguro de vida, amenaza, depravada, virulenta, intolerante, enérgica, funeraria, inactividad.

PALABRAS CLAVE DE LA MUERTE
Resurrección, secreto, orgasmo, fantasías, enigma, decidida, profundidad, metamorfosis, fascinante, dolor y placer, tenacidad, bajo control, terror (películas, libros), sensación, cambio, liberación.

SUGERENCIAS DE LA MUERTE
Si fracasa en una empresa, aléjese de ella, estúdiela y vuelva a intentarlo.

Cuando abandone un mal hábito, sustitúyalo por uno bueno.

No tenga miedo al cambio.

Aprenda a superar las pérdidas y siga adelante.

No retenga a sus familiares o amigos moribundos, ni in­tente comunicarse con ellos. Déjelos partir en paz.

Deje a un lado las condiciones negativas para empezar de nuevo.


¡Es la voz del Gran Chaman!




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