EXPLOTA TU TROPIEZO
El éxito consiste en dominar las dificultades.
Todos aquellos que han triunfado en cualquier forma, lo han logrado a fuerza de
sobreponerse a los inconvenientes. Donde no hay tropiezos que eliminar,
cualquiera llega a término y eso no se puede llamar un éxito.
Hubo un tiempo en que establecer una línea de
telégrafo desde Nueva York a Boston presentaba muchas dificultades. Después
esto se lograba muy fácilmente; pero luego lograr colocar el cable
transatlántico fue una gran proeza por las dificultades que se debían vencer.
Más tarde la postura de cables submarinos se hizo
una rutina, pero el radio a través del océano presentaba problemas que por
algún tiempo eran insuperables. Luego esos mismos problemas fueron resueltos
también.
No hay problemas que no puedan ser vencidos por
medio de tranquilo y persistente tratamiento espiritual, y una juiciosa y
apropiada actividad.
Si tú tienes una lesión o tropiezo que aparente
oponerse al éxito, no la aceptes como tal; capitalízala o explótala, úsala como
instrumento de tu éxito.
El gran autor H. G. Wells tuvo que renunciar a una
colocación mal pagada y poco atractiva por causa de mala salud, lo cual lo
obligó a mantenerse en casa y emplear el tiempo en escribir libros que lo
convirtieron en un autor de renombre mundial.
Edison se volvió sordo como una tapia y decidió que
esto lo haría concentrarse mejor en sus inventos.
Teodoro Roosevelt fue un niño enfermizo a quien le
fue dicho que tenía que vivir encerrado cuidándose. Era muy miope y nervioso.
En lugar de aceptar estas recomendaciones sin embargo, se esforzó mucho por
desarrollar su cuerpo, y como es sabido se convirtió en el gran cazador y
hombre fuerte (Presidente de los Estados Unidos).
Gilbert escribió su famosa zarzuela “Pinafora”, en
cama con dolores agónicos.
La dueña de una famosa casa de modas de Londres era
esposa de un pobre vendedor que fue atacada de tuberculosis. Ella jamás había
entrado en negocios ni tenía preparación alguna cuando se enfrentó al problema
de mantener a su esposo y dos hijos. No tenía capital alguno, sólo buen gusto
para la ropa y fe en la oración. Hoy es una mujer rica y famosa que dice: “Yo
pensé que me gustaría poder vender la clase de vestidos que jamás había podido
comprarme”.
Cualquiera que sea tu tropiezo, explótalo. Siempre
parece que el propio problema es el más difícil de todos, pero el tratamiento
espiritual y una valiente determinación pueden vencerlo todo.
¡Es la voz del Gran Chaman!
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