LOS CABALLEROS DE LA EDAD MEDIA
Los famosos Caballeros de la Orden del Temple o Templarios
fueron, fueron la primera y más poderosa orden militar fundada en 1118, durante
el reinado de Balduino II, el caballero de Champagne, Hugo de Payens y ocho
compañeros, se obligaron a defender el reino Cristiano. Diez años después, en
el Concilio de Troyes, fueron aprobados por la Iglesia bajo la jurisdicción
directa del Santo Padre. Seguían la Iglesia Benedictina, profesando los tres
votos usuales y un voto adicional de cruzado. Por su valentía y fervor
religioso, muchos se alistaron en sus flancos. Muchos, inclusive, murieron
mártires.
Dificultades con el clero y disensiones internas, causaron
que el Rey Felipe de Francia organizara una cruzada en su contra la cual logró
deshonestamente la aprobación del Papa Clemente V. Los Caballeros culminaron
siendo procesados por herejía y sacrilegio. Sólo aquéllos que persistían en la
herejía debían ser entregados al brazo secular, pero debido a una
interpretación rígida de esta medida, aquéllos que negaban sus confesiones
anteriores eran considerados herejes reincidentes; de tal suerte, cincuenta y
cuatro Templarios que se habían retractado luego de haber confesado, fueron
condenados como reincidentes y quemados públicamente el 12 de mayo de 1310. Consecuentemente, los demás Templarios que habían sido juzgados, con muy pocas
excepciones, se declararon culpables. En Francia no todos los Templarios fueron
arrestados. En 1308 la Flota Templaria soltó amarras desde La Rochelle y nunca
más se supo de ella. En 1312 el Papa decretó la disolución de la orden pero sin
condenar a sus miembros.
EL ARCA DE LA ALIANZA
"Y dio Moisés en el Monte Sinaí dos tablas del
testimonio, dos tablas de piedra escritas con el dedo de Dios. Y Moisés tomó el testimonio y lo puso dentro
del Arca." (Libro del Éxodo). El Arca de la Alianza, el recipiente sagrado
que contenía las tablas originales de los Diez Mandamientos, de acuerdo con la historia bíblica,
era el objeto más hermoso y poderoso del mundo.
LA MISIÓN DE LOS TEMPLARIOS
Esta misión fue la de rescatar el Arca de la Alianza en el
que se hallaban las tablas que Dios entregó a Moisés en el Monte Sinaí. Este
Arca, había sido desde los tiempos del rey Salomón, el centro del culto en el
templo de Jerusalén, y como signo visible de la presencia de Dios en la Tierra,
tenía la propiedad de abrir las puertas a un conocimiento oculto basado en el
equilibrio cósmico de las proporciones. Estructuralmente, el Arca constaba de
una caja de madera de acacia de cinco palmos de largo por tres de alto que se
hallaba revestida de oro. Según se decía, de ella emanaba tal cantidad de
energía, que podía dejar ciegos a aquellos que sin tener un alma pura, se atreviesen a contemplarla. Fue el jefe
espiritual de los caballeros Templarios, Bernardo de Claraval, quien ordenó a
sus fieles servidores que se dirigieran a los establos del templo del rey
Salomón en Jerusalén y que derribaran las paredes que desde hacía siglos
sellaban sus entradas. Dentro, se encontraron con el legendario Arca que contenía las Tablas que habían
pertenecido a Moisés. Para la iglesia católica, en ellas sólo se encontraban
impresos los mandamientos, por lo que su valor era puramente histórico, pero
para algunos iniciados como San Bernardo, tenían un alto valor mágico y
esotérico ya que en la grafía de sus palabras se encontraba la clave logarítmica
que permitía conocer los números que resumían las proporciones que regían el
Universo.
¡Es la voz del Gran Chaman!
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