LA LEYENDA DE UNA ESTRATEGIA PARA VENCER A TROYA.
En los tiempos
en que los dioses griegos gobernaban el mundo, existió una hermosa ciudad
llamada Troya.
Gracias a la
enorme y alta muralla que la rodeaba, esa ciudad jamás había sido ocupada por
enemigo alguno. Troya era gobernado por el rey llamado Príamo, hombre sabio y
bondadoso que había resultado victorioso en innumerables batallas, la gran
mayoría de ellas defendiendo su ciudad. Su hijo mayor, Héctor, era un guerrero
tan sagaz como él. En cambio el menor Paris, era más famoso por sus aventuras
amorosas y su belleza que por su destreza con las armas.
En una de sus
visitas a la ciudad de Esparta, tuvo la oportunidad de conocer a Helena, la
hermosa esposa del rey Menelao. "He conocido muchas mujeres en mi vida
pero esa figura y ese rostro parecen pertenecer a una diosa" pensó Paris.
Para suerte de
Paris, Menelao estaba a punto de viajar. Sólo una hora después de haber viajado
el rey Menelao, Paris se presentó ante Helena diciendo:"Es usted la mujer
más hermosa que he visto en mi vida, señora. Si no fuera la reina de este país
la llevaría conmigo".
Paris conversó
y enamoró a Helena quien cayó rendida en sus brazos, se besaron y decidieron
huir hacia Troya.
Luego de varias
semanas, Menelao regresó a su reino y no podía creer que un jovenzuelo como Paris
se hubiera llevado a su esposa, así que decidió declararle la guerra a Troya y
reunieron una gran flota de barcos cargados con muchos escudos y espadas. Todos
eran conscientes que se dirigían a una ciudad considerada invencible, pero los
animaba saber que tenían muchas armas.
Al arribar lo
primero que ven es una gran muralla de Troya y deciden volverla vulnerable.
Todos eran valientes pero ninguno tenía la astucia y rapidez de un soldado
llamado Aquiles, el cual era un semidiós ya que su madre era una diosa.
Cada vez que
los aqueos alcanzaban un extremo de la muralla, los troyanos los rechazaban con
flechas. En algunas ocasiones el enfrentamiento era cuerpo a cuerpo. Así iban
cayendo soldados de ambos bandos.
Está batalla
duró muchísimos años.
Odiseo, el más
ingenioso de los reyes aqueos, fue el primero en mostrarse preocupado por el
tiempo, por todas partes se escuchaba el descontento entre los soldados.
Fue entonces
que a Odiseo se le ocurrió algo que cambiaría el rumbo de los acontecimientos.
Reuniendo a
todos los reyes y generales les propuso construir un inmenso caballo de madera.
"La única manera de entrar a la ciudad de Troya es utilizar el caballo
como escondite". Después de varios minutos de discusión, decidieron
iniciar la construcción del caballo.
Cuando el
inmenso caballo estuvo terminado, los soldados, comandados por Odiseo y
Aquiles, se introdujeron en él.
Al día
siguiente, los troyanos que vigilaban a sus enemigos fueron testigos de la
partida de la flota de guerra y comunicaron al resto del pueblo. Muchos
salieron a admirar al caballo gigante. "Parece que se arrepintieron y se
fueron dejándonos una ofrenda", decían algunos.
Cuando
intentaron introducir el caballo a la ciudad, se dieron cuenta de que para
hacerlo debían romper la muralla y así lo hicieron.
En la noche se
inició una fiesta que duró varias horas celebrando el triunfo.
En medio de la
fiesta, el licor y el cansancio los aqueos abrieron la puerta y bajaron del
caballo y sometieron finalmente por sorpresa al pueblo troyano, siendo Príamo
obligado a devolver a Helena y así es como triunfa la justicia.
¡Es la voz del Gran Chaman!
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