3 de octubre de 2013

ARCANO MAYOR XVII

LA ESTRELLA

LA ESTRELLA

LA AZACANA
La fe es un oasis en el corazón que nunca es alcan­zado por el carro del pensamiento. VIEJO PROVERBIO ISLÁMICO.

Camina bajo un cielo estrellado, envuelto por un aire cálido y suave. La bóveda del cielo rebosa de ge­mas gloriosas: las estrellas y la Vía Láctea. Usted obser­va asombrado, suspendido entre la tierra y el aire. Siente que crece en estatura y casi alcanza las estrellas.

Mientras contempla la Vía Láctea, levanta los brazos y aspira profundamente su brillo abrumador. De repen­te, a su lado, aparece una doncella desnuda. No sabe si es humana o angélica, pero hay algo en ella casi mági­co. Como el ángel que conoció antes, también sostiene una vasija de agua en cada mano. Usted le habla. ¿Qué responde ella? ¿Cómo continuaría esta escena?

La carta de la Estrella representa a una bella mujer (la diosa Noche) vertiendo agua de una jarra para apagar la sed de la humanidad. Es el agua de la vida que otorga conocimiento a todos, conocimiento que a su vez da vida. Así, la Estrella nos enseña a alimentar y regar cuan­to existe dentro y alrededor de nosotros para que dé fru­to. Es el flujo interminable del conocimiento supremo que aguarda a que subamos a la rueda de la evolución para recibirlo.

La Estrella insinúa que todos provenimos de la mis­ma constelación, del mismo Cielo o Cielos. Cada uno de nosotros es una estrella. 

Desafortunadamente, la es­tancia en la Tierra nos ha separado. Cada persona ha evolucionado de forma diferente. Los conflictos y las desavenencias entre los seres humanos provienen de esa separación de la conciencia. Así, la Estrella nos re­presenta como seres humanos que se unen de nuevo y comparten pensamientos y conocimientos a fin de ayu­darse mutuamente.

La Estrella hace alusión al principio del humanitarismo. He ahí el desafío de la Nueva Era en la que actualmente nos adentramos. ¿Podemos dejar a un lado la mentalidad tribal de los últimos diez mil años y relacionarnos de una forma nueva?

La raza humana ha demostrado ser sumamente eru­dita e ingeniosa, pero gran parte de su conocimiento es superficial. Todavía tenemos que afrontar temas como la superpoblación, la contaminación, la guerra, el ham­bre, las enfermedades y la represión. ¿Qué sentido tiene el conocimiento si no se dirige a crear un mundo mejor? En fin de cuentas, el planeta es de todos.

Cuando hablamos de «la Estrella», es preciso pre­guntar « ¿qué Estrella?». Pueden ser varias, pero la prin­cipal es la Estrella Polar, la que adoptan los navegantes como el punto más fijo en el cielo nocturno y a partir de la cual pueden trazar su rumbo. La pregunta pertinente es: « ¿Cuál es para usted su punto fijo, a saber, su punto de referencia?». Todos tenemos «hitos» en nuestra reali­dad, y las cosas se vuelven confusas cuando tales hitos comienzan a desplazarse. En cierta medida, nos resisti­mos a cambiar.

Es bien sabido que uno de los períodos más estresantes en la vida de cualquier persona se plan­tea cuando ha de mudarse de casa. El otro es, por supuesto, la muerte de un ser querido. Cuando todo en la vida va bien, nos satisface avanzar sin esfuerzo y sin tener que pensar demasiado en los principios funda­mentales que marcan nuestros «hitos». Pero cuando te­nemos problemas, a menos que gocemos de un com­ponente espiritual, nos sentimos tan débiles como un bote debatiéndose en medio de una tormenta. 

El com­ponente espiritual no despeja necesariamente la tor­menta, pero nos permite, al menos, distinguir la Estrella Polar para que nos dé una idea de dónde estamos y cuánto tiempo necesitaremos para superar nuestros pro­blemas actuales.

La Estrella Polar se halla en el centro de nuestro universo místico. En torno de ella cuelga la constelación del Dragón y, más allá, los doce signos zo­diacales contra los que avanzan los planetas de nuestro Sistema Solar.

Hay versiones de esta carta del Tarot que no representan la Estrella Polar. Aparece una sola estrella con otras seis al fondo, que encarnan la constelación de las Pléyades o las Siete Hermanas, hijas de Atlas y Pléyone. Aunque existen diferentes versiones sobre la vida de las Pléyades, básicamente todas cuentan que en otros tiem­pos fueron mortales, pero Zeus las convirtió en estrellas y las colocó en el cielo junto a la constelación del Toro. Esta carta nos enseña que podemos recibir ayuda de fuentes divinas. 

La Estrella equivale a la bonanza des­pués de la tormenta, ya que representa la tranquilidad, la serenidad y la paz de espíritu.

ASPECTOS NEGATIVOS DE LA ESTRELLA
Racismo residuos/contaminación, experimentación con animales, dictadura, impersonal, dócil como una oveja, desconexión, desinterés por cuestiones humanitarias, bombas y residuos nucleares, represión, pierde tiempo en discusiones interminables, fe en las drogas y los
Políticos.

PALABRAS CLAVE DE LA ESTRELLA
Los sueños se transforman en realidad/esperanzas, ancla, conquista de diferentes espacios,  telecomunicaciones, avión, nuevas ondas, comunidad, innovadores, otras formas de vida, inventores, nuevas posibilidades, fuerzas superiores, comunión, síntesis, vínculos/unidad, ideales, humanitaria.

SUGERENCIAS DE LA ESTRELLA
Instrúyase sobre agricultura orgánica.

Aprenda a reciclar, reduzca los desechos.

Muéstrese receptivo a nuevos cambios o tendencias.

Piense lo que desee pensar.

Restablezca la paz y el amor en su vida cotidiana.

Observe el universo, forme parte de él o, mejor aún, ¡sea una estrella!

Brinde su apoyo a las organizaciones humanitarias/muestre interés por las cuestiones que afectan al mundo. Utilice sus conocimientos en beneficio de los demás.


¡Es la voz del Gran Chaman!


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